jueves, 26 de septiembre de 2013

Cuantos Aldos existen en el mundo

En los tiempos que estamos viviendo los hechos ocurridos con Aldo nos llama a una reflexión a preguntarnos Cuantos Aldos existen sí que nos demos cuenta, sin poder hacer un intento de darles un abrazo o mostrarles un poco de cariño y compresión para salvar sus vidas. Aldo era una persona que a pesar que le conocí poco, pero lo suficiente para saber qué tipo de persona era, como periodista un profesional muy serio, responsable en su trabajo, sabía cuál era el rol del periodista, en sus llamadas telefónicas y en entre los espacios de las entrevistas siempre con un buen humor, una persona que le encantaba conversar, una persona que se podía platicar de diferentes temas, muy preocupado por los aconteceres nacionales, también un soñador. Nunca tuve la capacidad de ver dentro de él y sus confrontaciones a los problemas personales, los disimulaba muy bien, los absorbía tremendamente, nunca externo ni vías las palabras lo cual era su fuerte el don de la palabra, ni de sus gestos, que también pudo ser un potencial actor, ya que supo llevarse sus problemas. Hasta el día de hoy desconozco que lo llevo a tomar la decisión de tomarse su vida en sus propias manos, no sé si era un problema traumático o un simple problema, de esos problemas simples que parecen huracanes en nuestras cabezas. Lo que traigo hoy a la reflexión es que conociendo una persona como Aldo con capacidades de sobras para enfrentar y resolver sus problemas y los de los demás perdió la batalla resolviéndolo de la forma más fácil y egoísta privando de su presencia a sus familiares y amigos, adelantándose a la llamada del Señor. Si una persona con las características y el carácter de Aldo no pudo sobrepasar su problema, que no lo pudo resolver adecuadamente, nos preguntamos cuantos Aldos hay por allí que los perdimos y los perderemos, muchos más débiles de carácter que Aldo, sin tener su personalidad no darán la batalla y un problema por simple que sea, se los llevara y crearan un caos para sus familias, muchas veces ellos sus familiares y amigos ni se perdonaran por que no tuvieron la capacidad de ver y de no poder ayudar a esa persona que tanto amaban, sus vidas nunca serán iguales. Yo fui testigo de ver el trato con sus compañeros de trabajo del respeto en ambas vías, de lo amigable que era con todas las personas, casi todos los días era común encontrarlo por las mañanas caminar por el bulevar Morazán caminar con su perro, recuerdo muy bien como gozo ser parte de los animadores y conductores de la maratón de recaudación de fondos para las Aldeas SOS, cuando él era que necesitaba ser rescatado, nadie pudo ver su SOS. Para que no existan más Aldos todos debemos estar pendientes de nuestros seres queridos, de nuestros amigos y de toda la gente que nos rodeamos, una mirada, una señal, un buen apretón de manos, un abrazo o cualquier gesto podría ser la diferencia de salvar una vida. Que la muerte de Aldo nos ayude a salvar muchas otras personas, y por qué no decir a nosotros mismo. Problemas siempre habrán y todos por difíciles que sean son solucionables. Que aburrida seria la vida sin problemas por resolver.

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