Ante los últimos hechos los hondureños nos estamos
resistiendo a cambiar, en primer lugar por el respeto a la ley y las reglas de
juego, el respeto a los mayores y a la autoridad, se ve tan sencillo pero tan difícil
de aplicar en nuestra norma de vida.
Cuando hemos visto el bochorno episodio del General Vásquez Velásquez
y el Presidente Zelaya en HCH, en vez de criticarles a los tres siento pena por
ellos, lo que si podemos identificar es que la famosa Comisión de la Verdad no
nos terminó de contar toda la verdad, todo es un show para manipular a la ciudadanía.
A todas luces nos damos cuenta de la corrupción existente,
en enriquecimiento ilícito de los que nos gobiernan, confirman lo que hemos
venido sustentando todo el tiempo que gracias a esa maldita corrupción,
Honduras y en especial su gente no tendremos un mejor futuro, fue claro ver que
todos los fondos que toco ese gobierno como los de condonación de la deuda y el
crecimiento de nuestra deuda como país no fue utilizado para combatir la
pobreza, fueron unos pocos del gobierno que se enriquecieron y muchos fondos
mal gastados, lo peor del todo es que este gobierno actual se comporta de la
misma forma.
Por lo anterior no es de extrañar que ambos jueguen en la
destrucción de la institucionalidad para prevalecer su impunidad.
Hoy estamos viviendo momentos de cambio en nuestra política exterior
y apertura económicas, no vamos en este momento analizar lo correcto o lo
incorrecto lo que si nos pone en alerta es que gente sin escrúpulos tome las
decisiones, ya a la falta de la confianza aunque sean buenas decisiones probablemente
no podemos esperar beneficios como país.
Por eso nos preguntamos cuando cambiaremos sin la manipulación
política, cuando exigiremos y lucharemos por el derecho de vivir en paz y en
una Honduras que nos brinde oportunidades, los políticos nunca han aprendido
que ser político es un servidor público para el beneficio de todos, lo que
ellos han entendido que ser político es un momento de la vida para ellos
considerado una oportunidad de enriquecerse y tener poder.
Por eso termino con la misma frase que hemos
iniciado, por no perder la esperanza que como pueblo y hondureños podamos
ilusionar por desear una Honduras prospera, ¨La gente cambia cuando el dolor de
no cambiar es mayor que el dolor de cambiar¨
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